Associació per l'estudi i la difusió de la psicoanàlisi d'orientació lacaniana, fundada per Cecilia Hoffman. Quadern de bitàcola




sábado, 8 de marzo de 2014

Reseña: Acerca de la responsabilidad del sujeto en la elección de la estructura

Bajo la pregunta de si hay o no elección en la estructura, trabajamos principalmente los textos “El niño y su madre” y “Reflexiones sobre el autismo” de Eric Laurent y algunos fragmentos de “Las estructuras clínicas según Lacan” de Eidelssztein, así como de los “Escritos” y del “Seminario XI” de Lacan.
A través de estas lecturas, vimos cómo a partir de las operaciones de alienación y separación, se puede ir desarrollando esta pregunta sobre la responsabilidad en la propia estructura. Partiendo del momento mítico en donde el niño es esperado y precedido por un hábitat simbólico podemos ver que, al nacer, el niño queda capturado en el lenguaje. Somos esperados en un lugar donde algo falta en el deseo de los padres y particularmente en el deseo materno (la madre como primer Otro, coloca al hijo en el lugar de su propia falta y el niño se identifica con el objeto de deseo de la madre, el falo). Esta madre como ser hablante está sometida a la ley simbólica por lo que el niño recibe la ley a través de ella. Pero sabemos que la ley de este tiempo es omnipotente, la madre responderá al grito según su propia voluntad o según su capricho. La madre es el objeto primordial y el niño se identifica con la imagen del ideal que le ofrece esta madre y constituye su Yo, identificación que le atribuirá un ser. Podemos decir que está primordialmente alienado, momento de ser o no ser el objeto de la madre. Esta identificación implica alienarse al deseo del otro materno, cumplirla supone hacerse semejante a algo que falta inexistente o sea el anonadamiento, la nada. Por lo tanto, si queremos ingresar en el mundo como sujetos tenemos que rechazar y denegar esa primera identificación que nos es atribuida. En otras palabras, la represión de la significación de ser el falo materno, el paso de ser pensados a pensar, de ser hablado a ser hablante.
Llega el momento de la separación con la inauguración de la simbolización. Lacan lo explica a través del juego del carretel descrito por Freud, con el For-Da que indica la ausencia-presencia de la madre; podemos decir que en el hecho de pronunciar a la madre, ésta está ya simbolizada, ya no es sólo un objeto primordial sino que se volvió un símbolo.
Se podría pensar que el lugar original del sujeto como vacío está recortado por el significante que precede a su nacimiento. La conversión del grito en llamada implicaría la entrada del sujeto en la dialéctica significante. El sujeto se constituye en esta inclusión en lo simbólico que le da un doble estatuto: puro vacío del que emerge y significante con el que se representa frente a otro significante.
En el Seminario XI, Lacan desarrolla el tema del objeto, el sujeto hace de su desaparición el objeto del Otro. “ El primer objeto que propone a ese deseo parental cuyo objeto no conoce, es su propia pérdida- Puede perderme? – El fantasma de su muerte, de su desaparición, es el primer objeto que el sujeto tiene para poner en juego en esta dialéctica y, en efecto, lo hace – como sabemos por muchísimos hechos, la anorexia mental por ejemplo. Sabemos también que el niño evoca comúnmente el fantasma de su propia muerte en sus relaciones de amor con sus padres”.
¿Existe una elección del Sujeto frente a estas operaciones lógicas? ¿El sujeto elije la cadena significante o elige el vacío? En el autismo podríamos decir que se elige el vacío por lo que se produce una petrificación significante propia de la estructura de la holofrase (sin extracción de objeto a.) Cuando la operación de separación no se inscribe, la extracción del objeto a se vuelve inoperante.
El sujeto viene a encontrar en el deseo del Otro su equivalencia a lo que él es como sujeto del inconsciente. Por esta vía el sujeto se realiza en la pérdida en la que ha surgido como inconsciente, por la carencia que produce en el Otro..” – Lacan, Posición del Inconsciente.
Finalmente, vemos una diferenciación de las estructuras en la siguiente afirmación de Alfredo Eidelsztein:

La distinción y articulación entre el campo del intervalo y la psicosis requieren de la siguiente idea: la estructura “natural” de la realidad se manifiesta en la psicosis. El campo del intervalo o de la extracción del objeto a, que incluye a la neurosis o la perversión, implica las consecuencias de una maniobra agregada en cada historia a esa realidad “natural” .La metáfora paterna es esa maniobra que convierta la realidad “ natural” en “normal”, es decir, de acuerdo con la ley del orden.”

Exposición a cargo de Patricia Montozzi.
Reseña: Míriam Pérez.